lunes, 7 de mayo de 2012

Sexo, sudor y calor

Goza de tu intimidad y beneficia tu salud

¿Sabías que cuando tienes relaciones sexuales tres veces a la semana quemas la misma cantidad de calorías que si trotaras 120 kilómetros?  Este es uno de los muchos beneficios que obtienes al disfrutar de la intimidad con tu pareja.

Esos momentos en los que ambos viven experiencias inigualables no sólo son fuente de éxtasis, sino también de salud emocional y física.
Al ser una actividad que estimula la función cardiovascular, el sexo aumenta la cantidad de oxígeno en las células y, como consecuencia, potencia y optimiza la función de varios órganos.  Por ello, los chinos creen que la intimidad con la pareja puede ser el mejor tratamiento para combatir un resfriado, y se ha comprobado que tiene efectos antihistamínicos, incluso, para la cura de eccemas.  

“La energía sexual es la más fuerte de nuestro organismo y es una de las que nutre el resto de campos energéticos en el cuerpo.  Al liberar ese potencial sexual permitimos que cada una de nuestras células se oxigene y se renueve.  A la vez se eliminan toxinas emocionales que dañan al organismo”, indica Rosario Urrutia, terapeuta emocional.

Pero para que el sexo sea realmente beneficioso y la energía sea renovada también es importante que otros componentes funcionen de forma equilibrada: tener una alimentación balanceada, hacer ejercicio, controlar las emociones y enriquecerse espiritualmente, ya que la sexualidad tiene conexión con todos los factores anteriores, añade Urrutia.

Medicamento maravilloso
Está comprobado que el sexo puede funcionar como un remedio excepcional para aliviar dolencias físicas o del alma, incluso para prevenirlas.  Debido a que la intimidad incrementa el aporte de oxígeno a las células, se estimula el buen funcionamiento de varios órganos y se favorecen ciertos procesos.  Algunos ejemplos son:
Reduce el colesterol  
Como regla general, la actividad sexual regular reduce el nivel de colesterol en el cuerpo.  Esto contribuye a lograr un balance entre los niveles de colesterol bueno y colesterol malo.

Protege la próstata  
Los desórdenes prostáticos pueden ser causados -o podrían agravarse- como resultado de las mismas secreciones de la glándula prostática.  La actividad sexual practicada con regularidad reduce estas expulsiones, aliviando así tales desórdenes.  Además, las eyaculaciones frecuentes ayudan a mantener la próstata saludable y podrían evitar el agrandamiento prostático -común en hombres mayores de 50 años- y, eventualmente, la incidencia de cáncer en esta glándula.

Prolonga la juventud
Una encuesta efectuada por el profesor Manuel Castillo, catedrático de la Universidad de Granada, señala que “el ejercicio sexual es el tipo de actividad fisiológica que más influye positivamente en el ánimo y en el bienestar de la persona”.  Por lo tanto, quienes “tienen una actividad sexual satisfactoria cuentan con una mayor esperanza de vida”.

Hay otros estudios que respaldan estas afirmaciones.  Por ejemplo, el del psicólogo David Weeks, investigador del Royal Hospital de Edimburgo, Escocia, quien concluyó que la actividad sexual es una terapia antiedad, luego de entrevistar a 3,500 personas que lucían más jóvenes de lo que eran en realidad.  El profesional determinó que “hacer el amor al menos tres veces por semana alarga la expectativa de vida en un promedio de 10 años”.

Mejora el ánimo
Las relaciones de pareja se ven positivamente afectadas cuando compartir en la cama resulta satisfactorio para ambos, pues existe un aumento en los niveles de oxitocina, una de las hormonas que precipita el deseo sexual.  A mayores niveles de oxitocina en el cuerpo, mayor frecuencia de encuentros sexuales con la pareja.  El sexo es un importante componente para mantener la intimidad emocional.  Por otra parte, la relajación del cuerpo al concluir la actividad sexual facilita conciliar el sueño, proporcionando un descanso total que regenera al organismo y favorece todas sus funciones.

Aumenta la secreción hormonal   
Todo tipo de ejercicio físico tiene el beneficio de incrementar los niveles de testosterona en el cuerpo, tanto en hombres como en mujeres en las cantidades correspondientes.  Esta hormona ayuda a fortalecer los músculos y los huesos del cuerpo humano, y también es la principal encargada de desatar el deseo sexual en el ser humano.

Otra hormona cuya producción aumenta de forma significativa como consecuencia de la actividad sexual es la dehidroepiandrosterona, DHEA.  Durante los orgasmos o justo antes de la eyaculación, el nivel de DHEA en la sangre es cinco veces mayor a lo normal.  Este esteroide segregado por la corteza suprarrenal es el principal generador de andrógenos en las mujeres, aunque también se presenta en los varones.  Altos niveles de DHEA han sido asociados con la longevidad, el aumento de la libido, la formación de masa muscular y la desaparición de la depresión.

Incrementa la energía física
No podemos olvidar que el sexo es un ejercicio físico bastante activo.  Aun con la variación de la intensidad en cada relación sexual existen beneficios corporales a nivel cardiovascular, de flexibilidad y de fortalecimiento muscular.  Todo esto se refleja en el impulso enérgico de personas que sostienen con regularidad relaciones sexuales por lo menos tres veces a la semana.  En las mujeres aumentan los niveles hormonales, reduciendo así el riesgo de enfermedades coronarias.  El sexo brinda el beneficio de conservar en buenas condiciones los órganos reproductores femeninos, lubricando y suavizando las paredes vaginales que con el tiempo y la falta de uso podrían atrofiarse.

Actúa contra el dolor
La famosa excusa de “hoy no mi amor… tengo dolor de cabeza” pierde validez ante estudios que demuestran de que el sexo funciona como analgésico, porque ayuda a disminuir dolores de cabeza, menstruales y premenstruales y de las articulaciones -como la artritis-.  Esto sucede como consecuencia de las endorfinas liberadas por el cuerpo, las cuales alivian naturalmente las sensaciones de dolor y, en ocasiones, pueden transformarlas en placer.  Cabe destacar que las sensaciones de relajación y bienestar físico generalizado que se experimentan luego del orgasmo, son consecuencia de estas endorfinas liberadas por el cuerp o. 
Una pose para cada necesidadLas siguientes posturas han sido sugeridas por Stephen Chang, médico y autor de The Tao of Sexology, para aliviar dolencias específicas.

1. Postura del dragón:
Excelente terapia para problemas de erección y de eyaculación precoz.  La mujer se tumba de costado con la cadera lo más elevada posible y el hombre la penetra desde arriba.





2. Postura del unicornio:
Vigoriza al hombre y produce un efecto positivo en la mujer al crear un vacío parcial en su vagina, provocando más estímulo en sus órganos internos.  Ella se tumba boca arriba con los muslos elevados y separados, la cabeza y los hombros sobre unos cojines, mientras su pareja se recuesta entre sus piernas y actúa.





3. Postura del cisne:
Vigorizante para la mujer que sufre bloqueo de energía como consecuencia de dolores de cabeza, problemas de circulación sanguínea o menstruales, así como calambres y flujo vaginal irregular.  La mujer debe dirigir el pene de su pareja al resultar difícil la penetración en esta postura, y efectuar un movimiento rotatorio con la pelvis.





4. Postura de la golondrina:
Excelente para aliviar malestares provocados por anemia y mala circulación sanguínea.  La mujer se coloca boca arriba, con las piernas flexionadas contra el pecho y los pies hacia arriba.  El hombre se arrodilla frente a ella y la penetra. 





5. Postura del martín pescador:
Produce efectos positivos en los órganos reproductores femeninos.  Asimismo, ayuda a aliviar problemas digestivos.  La mujer se coloca boca arriba, apoyada sobre cojines, y abraza con las piernas la cintura del hombre, quien se apoya con las manos y rodillas, y la penetra.  Ella efectúa una rotación con la pelvis, alternando el movimiento en el sentido de las agujas del reloj y a la inversa el máximo tiempo posible.





6. Postura de la serpiente:
Los movimientos ascendentes y descendentes favorecen, en especial, al sistema circulatorio masculino, lo cual alivia la tensión.  En las mujeres este ejercicio proporciona un masaje global en la vagina y resulta beneficioso al sistema nervioso, así como para el buen funcionamiento del hígado y la vista.


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